Las Cinco Tentaciones de un Gerente

diciembre 30, 2005
Ayer termine de volver a leer un libro que compre hace algunos años titulado “Las Cinco Tentaciones de un Gerente” de Patrick Lencioni, Editorial Norma y les confieso que no me cansa de leerlo, dado que considero que su contenido es bastante reflexivo.He aquì un pequeño resumen :

Para el auto de este libro “Ser gerente en una organización es uno de los retos mas difíciles que una persona puede enfrentar en su carrera profesional, aunque no es complicado” Para él, los gerentes fracasan en algún momento de sus vidas debido a que sucumben a lo que ha llamado las “ cinco tentaciones”.

1. Anteponer la posición a los resultados: Los gerentes deben juzgar su éxito personal y profesional a la luz de los resultados del renglón utilidades de la empresa. La preocupación acentuada de juzgar su éxito en términos de avance profesional y no del desempeño actual los hace susceptibles a esta primera tentación, así como la necesidad continua del reconocimiento de los demás. En el plano profesional el éxito de la organización y el éxito personal es uno solo

2. Anteponer la popularidad a la necesidad de exigir cuentas: Es maravillosos que un gerente se interese por sus subalternos inmediatos como seres humanos, siempre y cuando que pueda establecer una distinción entre el éxito de esas relaciones y el sentido de realización personal de esas personas. Cuando se tienen amigos cercanos como subalternos inmediatos, la rendición de cuentas en la organización puede peligrar. La mas mininita renuencia a exigir a alguien en estas condiciones respuestas por su comportamiento y sus resultados, puede generar ( y de hecho así es) un alud de reacciones en otras personas que perciben una señal de inequidad o favoritismo. Por ultimo nunca pero nunca utilice a sus subalternos para “desahogarse” (ejemplo comentar su frustración con algunos empleados, jefes, políticas de la organización, etc.).

3. Anteponer la certeza a la claridad: La precisión intelectual es necesaria e importante en todo momento, pero cuando se manifiesta para formar debates innecesarios acerca de las minucias, puede ser señal de problemas serios. Estos debates lo que hacen es perder tiempo, desgastar a los participantes y hace perder la credibilidad muy rápido a quien los genera.

4. Anteponer la armonía al conflicto productivo: Las reuniones deben ser agotadoras por lo apasionante y critico en sus deliberaciones. El conflicto productivo debe permitir el fluir y análisis de ideas en forma libre y concreta.

5. Anteponer la invulnerabilidad a la confianza: A nadie le agrada reconocer sus errores; pero hay personas que sencillamente detestan hacerlo. Lo gerentes de verdad, no sienten mengua alguna en su imagen, cuando se equivocan, saben quienes son , reconocen que lo importante son los resultados de la organización y no la apariencia de la inteligencia. Tampoco cometen el error de buscar momentos simbólicos para reconocer sus debilidades, ya que esto refuerza la creencia de que no esta dispuesto a poner sus verdaderas debilidades sobre la mesa. Para vencer esta tentación es preciso soportar un cierto grado de dolor y temor.


Fabula

diciembre 26, 2005

Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.

Pero la historia no termina aquí: la liebre, decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.

Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.

Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se preguntaba «¿qué hago ahora?», la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.

Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.

Pero la historia tampoco termina aquí: el tiempo pasó, y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la liebre cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.

Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos.

Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor. La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos… y obtenemos mejores resultados!

Fuente: Newsletter Eduardo Press Consultores